Es recomendable leer primero este post
Nueve consejos para
la acción colectiva
La acción colectiva no sólo es importante por su potencial,
sino porque es un proceso de aprendizaje político. Aquí se aprende qué es lo
común (y lo público), qué es deliberar, qué es tomar una decisión,
comprometerse con una responsabilidad. Se aprende también sobre el error y
sobre la idea de estrategia, pero también sobre la importancia de las formas.
Los antiguos griegos pensaban que no era posible ser obedecido sin obedecer ni
viceversa. Y esto no sólo beneficia a los gobernados: es mucho más fácil comprender una decisión de un Gobierno cuando uno
se ha pasado por los grandes dilemas de toda decisión política.
Recojo una serie de ideas que creo fundamentales.
Recojo una serie de ideas que creo fundamentales.
1. Sé paciente
Si es tu primera vez en acción colectiva, la paciencia debe
ser tu primer arma. Si nunca has estado
en una asamblea, aún más. Yo diría que
lo mejor es incluso callar durante todo el primer día y limitarse a escuchar, ya habrá tiempo de hablar.
Los grupos humanos tienen lenguajes diferentes, y es bastante probable
que de la misma manera que has desarrollado lenguajes con tus amigos, familia o
pareja para señalar realidades concretas, otros grupos también lo hayan hecho. También es necesario escuchar antes de hablar, es posible que los dos estéis
diciendo lo mismo sin entenderos.
2. Deja tu ego fuera
2. Deja tu ego fuera
La acción colectiva no se llama así por casualidad. Tienes que saber que a veces es importante
ceder tu punto de vista a la comunidad. Esto no quiere decir que sacrifiques
tus valores, pero tal vez la estrategia o ciertas cuestiones de forma pueden
requerir algo de flexibilidad. Es
importante que tus argumentos busquen el bien de todos, no el tuyo personal. No convirtamos una multiplicidad de organizaciones en una multiplicidad de egoísmos. Se
pueden tener enfoques e ideologías, pero tienes que perseguir un bien público,
no lo que a ti te conviene de manera privada.
3. Se humilde:
Éste es uno de los grandes problemas de nuestra sociedad masificada. Puedes ser ingeniero de telecomunicaciones, físico
teórico o politólogo, pero es difícil que lo sepas todo. De hecho, es bastante
probable que seas un completo ignorante sobre muchas de las cosas a las que te
vas a enfrentar. No importa tu edad o tu grado de preparación, no hay nada malo
en aprender. Lo verdaderamente idiotizante es creer conocerlo todo.
Incluso si crees entender algo mejor que tus compañeros, es
probable que ellos tengan experiencias diferentes o visiones contrapuestas. No
temas la discusión pero no pretendas imponer tu punto de vista porque lo más
probable es que sea incompleto. En un
mundo tan complicado como el nuestro (la globalización de las comunicaciones,
la economía hiperconectada, los gobiernos a diferentes niveles, y la acelerada
producción del conocimiento) es prácticamente imposible comprenderlo todo. No lo olvides, venga la información de donde venga.
4. Acude a trabajar,
no a pasar el rato
Antes hemos dicho que la acción colectiva es colectiva, pero
también es acción. No se trata de arreglar el mundo en una tarde con tus
amigotes alrededor de una cerveza. Tampoco se trata de desahogar tu enfado con un grupo de autoayuda.
Estáis ahí para poner vuestro tiempo y energía al servicio de una causa
común. Es bastante útil que acudas con
una libreta para apuntar y seas respetuoso con tu móvil: hay que crear un
ambiente de trabajo. Valora lo que proponen tus compañeros y evalúa si tú podrías
hacerlo mejor, no te limites a adoptar la cómoda postura del escéptico.
5. Date tiempo
No te equivoques: llegar a un grupo y enamorarte de sus
miembros y formas no es lo normal, es prácticamente imposible. De hecho, si
fuera así probablemente no hicieras falta. Estás allí para aportar, para
enriquecer, para construir un proyecto común.
La ventaja que tiene participar en grupos pequeños es que tu trabajo
puede modificarlos. Si rechazamos a partidos y sindicatos es por su carácter
estructural es para poder participar en otros sitios. Criticar por criticar es tirar la pelota fuera. Esa actitud no crea una democracia sino
una dictadura llena de bares donde la gente se queja para después seguir aguantando.
No se conoce a las personas en un minuto, ni se las
comprende en una semana. El motor principal de la acción colectiva es la
confianza, esto es algo que deberías grabar en tu libreta. Es probable que a
veces te sientas incómodo con algunas cosas, pero debes hacer un esfuerzo. Esto no sólo te ayudará en lo que desarrolles
sino que te hará una persona más capaz de comprender las diferencias.
6. Sé perfeccionista
en sentido constructivo, no destructivo
Recuerda cómo ha sido tu vida colectiva. Recuerda la
mediocridad de tus clases y el ambiente de tu puesto de trabajo. Recuerda lo imperfectos que son los grupos,
sean los amigos, la burocracia o el equipo del deporte que practicas. La
mayoría de las realidades que has vivido en tu vida son imperfectas. Ahí estas
tú para perfeccionarlas.
Por otro lado, no caigas en la crítica fácil. Todo el mundo
sufre un desencanto entre lo que imagina y lo que en realidad es, pero no nos
amarguemos la vida entre todos. La ilusión y la moral son importantes en toda
empresa colectiva, así que trata de criticar sólo cuando veas una manera de mejorar.
Tampoco propongas al aire sueños irrealizables si no eres
capaz de hacerte cargo de tu propia propuesta: el que la propone se la come.
7. Modera tu energía
No te desgastes en una acción. Trata de buscar el compromiso
duradero, no la revolución. Los cambios radicales no deben esperarse, porque lo
más probable es que te desilusiones. Una revolución puede llegar, pero un
ciudadano activo siempre estará preparado para recibirla. No tengas miedo a rechazar responsabilidades
si no te ves capacitado para llevarlas a cabo: es mejor estar una vez que
prometer estar siempre y no hacerlo nunca.
8. Edúcate y educa al
resto
Sé crítico. Si no crees en los periódicos, lee más. Si lo
que se dice en una asamblea no te gusta, contrástalo y debate. Si en una comisión se dice algo que te
sorprende mucho, vuelve a casa y coméntalo con tus conocidos. Regresa a la
comisión y continúa el debate. Evita el
populismo desde todos los lados. Construye una ciudadanía crítica en ti mismo y
en los demás.
9. Vamos despacio
porque vamos lejos
Este consejo es en realidad conclusión del resto. No se
cambia ni se mejora el mundo en un día, ni en una semana, ni en un mes. Nos
enfrentamos a un país despolitizado y deseducado. Nos enfrentamos a un
activismo social ideologizado. Nos enfrentamos a egos en las asambleas, pero
también a desinformación y falta de educación fuera de ellas. Cámbiate a ti mismo para cambiar al resto.
Convierte la participación en un medio, no en un fin. Que el
cambio social te pille trabajando e informado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario